Que espanto de verdad...

Hoy no es hoy,
ya que no estás tú.
Ayer estuvo bien
pues pude ver que seguías aquí.
Te escuché por última vez
y creí que te quedarías.
Hoy no es hoy,
porque lo siento como nada,
como si nos paralizaran indefinidamente.
No me viste llorar,
ni escuchaste cuando te llamaba.
Solo, solos, llegaste, llegamos
y te fuiste, nos vamos.
¡Qué horrible verdad!
Hoy no es hoy,
se asoma el mañana.
No sabes como desería que fuera ayer.

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Emé